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Medio Ambiente y Eliminación de la Violencia contra la Mujer

El 25 de noviembre se conmemora El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer por el asesinato de las hermanas Mirabal. Patria, Minerva y María Teresa Mirabal eran tres activistas políticas de República Dominicana. Estas hermanas fundaron un grupo revolucionario de izquierda llamado “14 de junio” en contra de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Es importante mencionar que a finales de la década de l950 hubo varios triunfos de las revoluciones contra las dictaduras latinoamericanas (Colombia, Venezuela y Cuba), muy probablemente se vieron inspiradas por estos sucesos (1)





Las hermanas Mirabal en varias ocasiones fueron torturadas y encarceladas pero el 25 de noviembre de 1960 fueron secuestradas y golpeadas por agentes del Servicio de Inteligencia Militar de República Dominicana. Esto marcó el inicio de una serie protestas en el país y las hermanas Mirabal empezaron a representar un símbolo contra la violencia de género, la violencia imperialista (Estados Unidos apoyó el secuestro y asesinato) y contra los autoritarismos que se vivieron y se siguen viviendo en los países del sur (2).


En el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en 1981 se puso sobre la mesa la importancia de conmemorar este día ya que el asesinato de las hermanas Mirabal representaba la violencia racista y de género que ejerce el Estado. A partir de este encuentro se empezaron a organizar muchas mujeres de América Latina hasta que la Asamblea General de la ONU en 1993 aprobó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. Fue en el año 2000 que finalmente la ONU declaró oficialmente el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. (2)


El 25 de noviembre es un recordatorio constante de que las mujeres hemos sido históricamente violentadas, no obstante, somos agentes políticas con la capacidad de organizarnos, ocupar y transformar el mundo que habitamos y cuidamos.


Una de las consignas más repetidas en las movilizaciones es: “Ni las mujeres ni la tierra somos territorio de conquista”. La gritamos mientras pensamos en los megaproyectos que están desplazando a miles de personas de comunidades reprimidas por el Estado, en las defensoras ambientales asesinadas por el crimen organizado aliado con las empresas, en todos los ecocidios que hay en el sur global.



Las problemáticas ambientales no son ajenas a los problemas que vivimos las mujeres, de hecho, el colapso bioclimático de la actualidad atraviesa la violencia contra las mujeres y le da matices y contextos específicos para manifestarse. Las ecofeministas y las feministas comunitarias son las principales en mencionar y teorizar sobre estos vínculos entre ambiente y mujeres. Ellas indican que estas problemáticas son posibles a través de la patriarcalización de las relaciones sociales (3).


Esto significa que las opresiones que se han construido históricamente contra las mujeres se refuerzan para así asegurar el control de la tierra y los cuerpos de las mujeres que son afectadas, para así no tener ningún tipo de oposición o conflicto. Es por esto que el cuerpo es el primer territorio en disputa, y en particular el cuerpo-territorio de las mujeres, que es en donde se han construido esos despojos, imposiciones y opresiones mencionadas anteriormente. Un punto clave se da gracias a la idea cristalizada del ser mujer. El cuidado se ha socializado exclusivamente para las mujeres, por lo que se minimiza esta práctica y esto ha acrecentado la falta de cuidado al medio ambiente y el no poner en el centro la vida y la dignidad.


La lucha por la defensa de la vida y el territorio está completamente ligada a la lucha feminista. Sin mujeres no hay agricultura, ni prácticas ancestrales del cuidado y uso de plantas y no hay forma de seguir manteniendo los ciclos de la vida.


Como dice Vandana Shiva: “Las mujeres han sido expertas en semillas, productoras de semillas, selectoras de semillas, conservadoras de la biodiversidad del mundo.” (4)

El poner la vida al centro significa buscar la forma de transformar el mundo y las estructuras que nos oprimen, los actos que nos violentan e impiden vivir libremente. Esto va desde el racismo, el clasismo, el patriarcado y la destrucción del planeta gracias al capitalismo y neoliberalismo. Es necesario reconocer nuestros horizontes comunes para así darle fuerza a la colectividad.


¡Ni una más, ni una más! ¡Ni una asesinada más!


Referencias:


(1) Cisneros, G. TeleSUR. 2019. Las hermanas Mirabal contra la violencia de género. Extraído de: https://www.telesurtv.net/news/Las-hermanas-Mirabal-simbolo-contra-la-violencia-de-genero-20151125-0078.html


(2) Naciones Unidas. 2019. Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Extraído de: https://www.un.org/es/observances/ending-violence-against-women-day/background


(3) Avispia Midia. 2018. Lorena Cabnal: Sanar y defender el cuerpo-territorio-tierra. Extraído de: https://avispa.org/lorena-cabnal-sanar-y-defender-el-territorio-cuerpo-tierra/


(4) Shiva, V. Ecofeminismo: Teoría, crítica y perspectivas. Extraído de: https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/9788498886924.pdf

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