El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, esta fecha tiene origen en el movimiento obrero de finales del siglo XIX, después de la Revolución Industrial. ¿Sabes por qué se representa con el color morado? ¿Qué daños causa al ambiente y a la salud humana este tinte? ¿Qué alternativas hay?
¿Por qué el 8 de marzo es el día de la Mujer?
Las mujeres representaban un gran porcentaje de la fuerza obrera en las fábricas pero que trabajaban en condiciones laborales deplorables. El 8 de marzo de 1857 se reunieron diversas mujeres que trabajaban en la industria textil en Nueva York y organizaron una huelga general. Ellas demandaban salarios justos y condiciones laborales más humanas. Muchas fueron detenidas por policías y sus demandas no se cumplieron. Dos años más tarde crearon un sindicato para seguir luchando por sus derechos.
¿Por qué el color violeta?
Otro evento que impulsó a las mujeres a seguir alzando la voz fue la tragedia del 25 de marzo de 1911. Más de 100 trabajadoras textiles, que en su mayoría eran mujeres inmigrantes, perdieron la vida en un incendio en la fábrica de Triangle Shirtwaist en Nueva York. El humo de este incendio se tiñó de color violeta, causado por la quema de textiles y compuestos que se usaban en la fábrica. Desde entonces el morado se volvió el color de la lucha feminista, como un doloroso recordatorio de la injusticia laboral que vivían las mujeres de esta fábrica que quedaron encerradas durante el incendio. (1)
En la Ciudad de México el 8 de marzo llega acompañado del morado de las jacarandas y el morado de los pañuelos y ropas como color simbólico de la lucha feminista. Sin embargo, esta tintura genera muchos daños al medio ambiente. Ese color tan representativo de las diversas luchas por la liberación femenina tiene una historia muy particular.
Morado: el color del veneno
A mediados del siglo XIX cada vez más soldados del imperio británico que se encontraban colonizando territorios tropicales contraían malaria. El único remedio médico que existía era la quinina, una sustancia que se obtenía de la corteza del árbol de la quina que se encontraban en Sudamérica. William Henry Perkin y su profesor August Wilhelm von Hofmann empezaron a investigar una forma de sintetizar la quinina en laboratorio para tratar a los soldados. En una ocasión, William Perkin se quedó solo en el laboratorio y empezó a experimentar. Al tratar de oxidar otro compuesto conocido que es la anilina para obtener la quinina lo que consiguió fue un precipitado con un sólido negruzco que al tratar de limpiarlo se dio cuenta de que pintaba los textiles de morado. Este fue el primer tinte sintético, que hoy se conoce como: púrpura de anilina, mauveína, anilina morada o malva de Perkin. (2)
Este descubrimiento revolucionó la industria textil pero también trajo consigo muchos problemas para el medio ambiente y para las trabajadoras de esta industria.
De acuerdo a datos de Greenpeace, la industria textil utiliza de seis a nueve mil billones de litros de agua cada año solo para teñir tejidos, además de que casi tres cuartas partes del agua consumida para teñir termina como residuo no potable. De hecho, muchos de los productos químicos que se utilizan para hacer estos tintes sintéticos están prohibidos en Europa pero no en países del sur global, donde se encuentran principalmente estas fábricas.
Los distintos tonos de morado llevan en su composición una alta carga de Bario y Cobre, ambos son metales pesados que generan contaminación atmosférica y en los cuerpos de agua. (3)
Las mujeres representan el 80% de la fuerza laboral de la industria textil y la gran mayoría son mujeres de entre 18 y 24 años, muchas de ellas migrantes y madres que trabajan en condiciones inhumanas. Una de las muchas problemáticas que viven estas mujeres son los daños a la salud que genera el proceso de tintura de textiles. Estos tintes sintéticos están compuestos por metales pesados y diversos químicos que tienen repercusiones en la salud. No solamente son afectadas las mujeres que trabajan en estas fábricas, esto también tiene consecuencias graves para las mujeres y niñas que viven en territorios donde se dan las descargas de aguas residuales de esta industria.(4) .
Alternativas para un morado más amable
Es por esto que es importante buscar alternativas que no fomenten la explotación de las mujeres ni la degradación ambiental. Una agencia de biodiseño creativo llamada Faber Futures descubrió recientemente que una bacteria productora de pigmento puede usarse como tinte para ropa. El color se encuentra entre los rosas y azules, esto depende del pH del suelo en el que se encuentra. Este tinte utiliza 500 veces menos agua que las técnicas estándar de teñido, y elimina por completo los químicos contaminantes.
Otra empresa de biotecnología llamada ColorFix busca dar a conocer tintes para telas que sean sostenibles. Desde 2015 la empresa convierte la melaza en colorantes que se puedan fijar en textiles. El proceso completo utiliza 10 veces menos agua y 20% menos de energía.(4)
El morado es un color representativo del movimiento feminista, sin embargo, su proceso de producción lleva consigo la violación de derechos de miles de mujeres en distintos territorios, además de su contaminación. Las consignas y luchas de las mujeres obreras que dieron pie a conmemorar el 8 de marzo siguen vigentes. Es sumamente importante buscar alternativas a estos procesos de producción que sean más justos, sostenibles y dignos para las mujeres.
Referencias:
(1) BBC, 2019. Cuál es el origen del Día de la Mujer. Extraído de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-47489747
(2) BBVA, 2018. La historia del color que revolucionó al mundo. Extraído de: https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/investigacion/malva-la-historia-del-color-que-revoluciono-el-mundo/
(3) ECODISEÑO. Tinta de pantones contaminantes. Extraído de: https://ecodisenocba.wixsite.com/ecodisenocba/tinta--pantones-contaminantes
(4) Cole, J. VOGUE, 2019. El teñido de los tejidos: el mayor problema de contaminación de la industria de la moda. Extraído de: https://www.vogue.es/moda/articulos/tintes-toxicos-ropa-problemas-contaminacion-industria-moda