En Soluciones Ambientales Itzeni, A.C. nos dimos a la tarea de buscar información confiable sobre las investigaciones respecto al origen de esta nueva enfermedad.
Las enfermedades que se contagian de los animales a las personas son conocidas como “zoonosis” y pueden provenir de muy distintas especies como roedores, primates, aves, murciélagos, entre otros. Un organismo patógeno, como un virus o una bacteria, puede habitar en los animales sin enfermarlos y por tanto éstos animales son sólo “reservorios”. Si este animal entra en contacto con alguna persona cuando las condiciones no son sanitarias y hay contacto de fluidos a través de la orina, heces, saliva, o sangre, y puede funcionar como un “vector” y transmitir los patógenos al nuevo hospedero o persona, y en algunos casos ocasionarle enfermedades, pues son desconocidos para su sistema inmunológico. En el caso de los virus, además es muy fácil que muten en el nuevo hospedero y se vuelvan altamente contagiosos (1).
Los coronavirus son una familia muy grande de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, varios coronavirus ocasionan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS) o el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) (2).
La COVID-19, como se ha llamado a la enfermedad ocasionada por el coronavirus 2019-nCoV reportado por primera vez en Wuhan, China el 31 de diciembre de 2019 (2), ya ha afectado a 96 países del mundo 196 hasta el 24 de marzo de 2020 (3, 4) y ha saturado los servicios de salud de muchos de ellos, por lo que varias autoridades, incluyendo las de México, han recomendado distanciamiento físico o cuarentena preventiva para evitar nuevos contagios
Revisa las recomendaciones de prevención emitidas por la Secretaría de Salud de México y por la Organización Mundial de la Salud.
En febrero de 2020 y en medio de videos tendenciosos de sopa de murciélagos, se especulaba que el nuevo coronavirus 2019-nCoV podría haberse originado en estos mamíferos y transmitido después a los humanos en un mercado local donde se vendían animales silvestres , como lo sugerían los resultados encontrados por Zhou y colaboradores (2020) en la revista científica Nature.
Peng Zhou, autor principal de éste artículo, es un investigador del laboratorio de Patógenos Especiales del Instituto de Virología de Wuhan, de la Academia China de las Ciencias en Wuhan. Junto con otros científicos, se dieron a la tarea de describir el genoma del nuevo coronavirus 2019-nCoV, que obtuvieron de cinco pacientes contagiados en las primeras etapas de la pandemia.
Lo que encontraron al comparar el genoma del 2019-nCoV con el de otros virus ya conocidos es que se parece en un 96% a los coronavirus del grupo SARS, cuyos reservorios naturales son los murciélagos de herradura en China de la familia Rhinolophidae (1) . En este sentido, existe la posibilidad de que los murciélagos sean el reservorio natural de 2019-nCov, aunque otro animal “intermediario” pudo haber estado involucrado en la transmisión directa a las personas (1).
En Wuhan, como en muchas otras partes del mundo, existen mercados donde se venden animales silvestres, algunas veces vivos, para su consumo y que pueden provenir del aprovechamiento tanto legal como ilegal. En estos mercados muchas veces los animales silvestres como murciélagos, civetas, ratas, serpientes, aves; y están hacinados unos con otros en jaulas junto con animales domésticos como pollos, cerdos, perros para ser sacrificados y vendidos como alimento o para medicina tradicional con mínimas o ninguna medida sanitaria. Estas condiciones incrementan la probabilidad de que los virus puedan pasar de un animal a otro y al ser humano (1).
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2), todavía no se ha confirmado el posible origen del virus que provoca la enfermedad COVID-19.
Aún se desconoce cómo el virus 2019-nCoV pasó de un animal al ser humano; específicamente, no se sabe si esta transmisión involucró el contacto directo de humanos con un murciélago o con otro animal silvestre vendido en mercados de China; o incluso, si ocurrió por contacto con algún animal fuera del mercado de Wuhan y fue llevado al mercado por personas infectadas (1).
Debido a lo anterior, la primera reacción de los investigadores y organizaciones que se dedican a la conservación de los murciélagos fue de muy entendible preocupación, pues esta nueva noticia podía aumentar el miedo colectivo hacia los murciélagos y con ello provocar reacciones negativas hacia estos importantes animales con consecuencias graves para las personas.
Existen más de 1,100 especies de murciélagos que habitan en todos los continentes excepto la Antártida de las cuales casi 140 se encuentran en México (5,6) y que proveen beneficios indispensables para los ecosistemas y las personas, derivados principalmente de sus formas de alimentación. Los murciélagos que se alimentan de néctar, llamados nectarívoros, son polinizadores de muchas especies de plantas como de los agaves tequileros, la pitahaya y el zapote. Los murciélagos insectívoros, que se alimentan de insectos, controlan plagas que son muy peligrosas para nuestros cultivos, como las plagas de la papa; y los frugívoros, que comen fruta, son importantes dispersores de semillas que ayudan a regenerar la vegetación en bosques y selvas.
Las enfermedades zoonóticas han sido responsables de otras pandemias humanas como la H1N1 o la gripe aviar, asociadas a un inadecuado manejo de fauna silvestre o doméstica en condiciones que no son sanitarias y han provocado de forma inadvertida contagios que resultan en un grave problema de salud humana. Los mercados de animales vivos y el tráfico ilegal de vida silvestre son una pieza clave en este tipo de situaciones, así como las prácticas no sustentables de destrucción ecológica y el manejo sanitario inadecuado, asociados a los patrones de consumo del ser humano (2). El ser humano consume cada vez más especies silvestres y se adentra más profundo en ecosistemas donde pueden encontrarse estos organismos.
Finalmente, es importante dejar claro que, aunque los murciélagos sean reservorios y en algunos casos vectores de patógenos, esto no significa que sean responsables de las enfermedades que pueden convertirse en pandemias.
Evitar rumores es la mejor forma de cuidarnos y protegernos. En otra entrada les hablaremos de cómo en Itzeni conservamos y monitoreamos las poblaciones de murciélagos y otras especies, y cómo evitamos contagios de zoonosis.
Referencias
1. Bat Conservation International (BCI). 2020. General News, BCI's FAQ on Bats, Coronaviruses, and Zoonotic Disease. Recuperado de www.batcon.org, última actualización: 18 de marzo del 2020.
2. OMS. 2020a. Brote de enfermedad por coronavirus (COVID-19). Preguntas y respuestas. Organización Mundial de la Salud. Consultado en línea el 25 de marzo de 2020: https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-coronaviruses
3. OMS. 2020b. Alocución de aperture del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 23 de marzo de 2020. https://www.who.int/es/dg/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19---23-march-2020
4. OMS. 2020c. Coronavirus disease (COVID-19) Pandemic. Coronavirus disease (COVID-19) outbreak situation. Consultado el 24 de marzo de 2020: https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019
5. Ceballos, G., Arroyo-Cabrales, J., Medellín, R. A., y Domínguez-Castellanos, Y. 2005. Lista actualizada de los mamíferos de México. Revista Mexicana de Mastozoología, 9, 21-71.
6. Simmons, N. B. 2005. Order chiroptera. En D. E. Wilson y D. M. Reeder (Eds.), Mammal species of the world: a taxonomic and geographic reference (pp. 312-529). JHU Press.
Zhou, P., Yang, X., Wang, X. et al. 2020. A pneumonia outbreak associated with a new coronavirus of probable bat origin. Nature 579, 270–273. https://doi.org/10.1038/s41586-020-2012-7
Comments